Un muro de escollera de 5 metros de altura. Esta fue la actuación propuesta por Enmacosa y ejecutada por el Concello de Pontevedra para resolver el derrumbe en la senda del río Lérez. La consultoría técnica fue contratada por el ayuntamiento capitalino para realizar la asistencia técnica y diseñar la mejor fórmula para solventar el problema y dar estabilidad al talud de este itinerario fluvial, cerca de la estación de bombeo de Monte Porreiro, en el que el pasado 27 de septiembre se produjo un corrimiento de tierras tras un fuerte temporal que afectó a una carretera asfaltada y a la senda fluvial.

Los trabajos incluyeron, además, un estudio geotécnico previo para evaluar las condiciones del terreno, para lo cual se realizó un reconocimiento superficial de la zona y la excavación de dos catas mecánicas, así como un levantamiento topográfico para obtener la geometría real del talud en cuestión.

Tras estos análisis, la empresa consideró que la mejor solución era la construcción de un muro de escollera de bloques de piedra, con una altura máxima de 5 metros y un ancho variable, que va desde los 2,5 metros en la base hasta 1,5 metros en la coronación. Los trabajos, ya finalizados, fueron ejecutados por la constructora EC Casas y hace unos días tuvo lugar el acto de recepción de la obra.

La cimentación se realizó con bloques de escollera y relleno de hormigón. El espacio entre este muro y el terreno se rellenó con material granular filtrante con un geotextil para evitar la migración de finos.

En la toma de esta decisión como solución constructiva se tuvieron en cuenta otras cuestiones, como que el lugar en el que se encuentra el talud forma parte de la Red Natura, por lo que se descartaron fórmulas de contención con fuerte impacto paisajístico. Además, se valoró que, al tratarse de una ladera con bastante pendiente y posible escorrentía superficial, el sistema de contención debería ser flexible y drenar fácilmente las aguas.

El cálculo del muro de escollera se realizó según el método de esfuerzos admisibles, analizando y comprobando la estabilidad ante el vuelco o deslizamiento, calculando los coeficientes de empuje activo y comprobando la estabilidad frente al hundimiento.